domingo, 3 de mayo de 2009

So sublime, that we blow my mind

La música produce en mí sentimientos y sensaciones inexplicables. Éstas se multiplican si procuro concentrarme profundamente en lo que estoy escuchando. Y si es a oscuras, ¡MEJOR!.
Es como un juego. Intento disociar cada sonido de cada instrumento, pero teniéndolos todos presentes a la vez. Cuando lo logro un cosquilleo recorre mi cuerpo, desde mi espina dorsal hasta mi cabeza, empezando por el medio (como si dibujara un línea que separe mis hemisferios cerebrales), explotando hacia los costados.

Anoche hice eso con cuatro amigos. Escuchamos "Blood sugar sex magic" de Red Hot Chili Peppers, tirados en el living, casi a oscuras, bastante volados y con unos parlantes fenomenales al mango.
Interpretamos algunas letras. Elogiamos la voz de Antony. Marcamos el ritmo con los pies. Saltamos. Sonreímos.


Entrecerré los ojos. Sentí el bajo con tal fuerza que vibraron todas las células de mi ser. ¡Tremendo viaje!


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