jueves, 31 de diciembre de 2009

TENGO UN NUEVO BLOG

http://loquenomire.blogspot.com/

domingo, 6 de diciembre de 2009

Spinetta en Vélez 04.12.09

Los que me conocen saben de mi pasión por la música, mi obsesión por recordar las listas de temas de los recitales, y de mi particular fanatismo por el Flaco Spinetta. Por eso me resulta difícil poner en palabras todas las cosas que sentí en esas cinco horas y media de excelente música. Sólo voy a dejar aquí la lista de temas, ya que llevé libretita y lapicera y me anoté todo.
Y QUIERO DECIRLE GRACIAS AL FLACO Y A TODOS LOS MÚSICOS QUE HICIERON POSIBLE ESE TREMENDO RECITAL.

Con su formación actual (Claudio Cardone, Nerina Nicotra, Sergio Verdinelli y Guillermo Vadalá)
01 – Mi elemento [Un mañana, 2009]

+ Baltazar Comotto
02 – Tu vuelo al fin [Un mañana, 2009]

Con Diego Rapoport
03 – Ella también [Kamikaze, 1982]
04 – No te busques más en el umbral [Los niños que escriben en el cielo, 1981]

Con Mono Fontana
05 – Fina ropa blanca [Don Lucero, 1989]
06 – La bengala perdida [Tester de violencia, 1988]

Con Juan Del Barrio
07 – Sombra entre los álamos [Alma de diamante, 1980]
08 – Alma de diamante [Alma de diamante, 1980]
09 – Cisne [Para los árboles, 2003]
10 – Al ver verás [Tester de violencia, 1988]
11 – ¿No ves que ya no somos chiquitos? [Madre en años luz, 1984]

Con Javier Malosetti
12 – Cielo de ti [Peluson of milk, 1991]

Con Fito Páez
13 – Las cosas tienen movimiento (de Fito Páez)
14 – Asilo en tu corazón [Lalala, 1986]

15 – Mariposas de madera (de Miguel Abuelo)
16 – El rey lloró (de Lito Nebbia)

Con Beto Satragni y Juanse
17 – ¿Adonde está la libertad? (de Pappo)

Con Gustavo Cerati
18 – Té para tres (de Soda Stereo)
19 – Bajan [Artaud, 1973]

Con Gustavo Spinetta
20 – Cementerio Club [Artaud, 1973]

Con Leo Sujatovich
21 – Era de Uranio [Bajo Belgrano, 1983]
22 – Vida siempre [Bajo Belgrano, 1983]
23 – Maribel se durmió [Bajo Belgrano, 1983]

Con Dante y Valentino Spinetta
24 – Necesito un amor (de Javier Martínez)

25 – Filosofía barata y zapatos de goma (de Charly García)

Con Charly García
26 – Rezo por vos [Privé, 1986]
-

Con Marcelo Torres y Javier Malosetti (Los socios)
27 – San Cristóforo [San Cristóforo, 1999]
28 – Bosnia [Spinetta y los socios del desierto 1997]
29 – Nasty people [Spinetta y los socios del desierto 1997]
-

Con Machi Rufino y Pomo Lorenzo (Invisible)
30 – Durazno sangrando [Durazno sangrando, 1975]
31 – Jugo de lúcuma [Invisible, 1974]
32 – Lo que nos ocupa es esa abuela, la conciencia que regula el mundo [Invisible, 1974]
33 – Niño condenado [El jardín de los presentes, 1976]

+ Lito Epumer
34 – Amor de primavera (de Tanguito)
-

Con Carlos Cutaia, Guillermo Vadalá, Black Amaya y David Lebón (Pescado Rabioso)
35 – Poseído por el alba [Pescado Rabioso II, 1973]
36 – Mañana o pasado [Pescado Rabioso II, 1973]
37 – La serpiente viaja por la sal [Desatormentándonos, 1972]
38 – Credulidad [Pescado Rabioso II, 1973]
39 – Despiértate nena [Simple]

+ Bocón Francino
40 – Me gusta ese tajo [Simple]
41 – Post crucifixión [Simple]
-

Con Edelmiro Moliari, Emilio del Guercio y Rodolfo García (Almendra)
42 – Color humano [Almendra, 1969]
43 – Fermín [Almendra, 1969]
44 – A esos hombres tristes [Almendra, 1969]
45 – Hermano perro [Simple: Hermano perro, 1970]
46 – Muchacha ojos de papel [Almendra, 1969]
-

Con Ricardo Mollo
47 – Ocho de octubre (Spinetta – Gieco)

48 – Retoño

49 – Seguir viviendo sin tu amor [Peluson of milk, 1991]

Con Nico Cota
50 – Yo quiero ver un tren [Mondo di cromo, 1983]

51 – No te alejes tanto de mí [Mondo di cromo, 1983]



PD: http://www.rollingstone.com.ar/nota.asp?nota_id=1208200

martes, 6 de octubre de 2009

Volví!

Había abandonado el blog. Ando con muchas cosas, muchas oblaciones, y muchos placeres y actividades que a esta altura del año se están convirtiendo en oblaciones también. Estoy muy cansada. Hace un mes que todos los días (absolutamente TODOS) me duele la cabeza. Pero bue... acá estoy.

Este cuatrimestre empecé en la facultad un Taller de Escritura Creativa, y eso me (re)generó una rutina de escritura. Lo que viene a continuación es una de esas tantas cositas que estuve escribiendo. La consigna era escribir en la clase un diálogo de no más de diez lineas, a partir de la frase "Ellos lo niegan, ellos lo niegan". Luego continuarlo en casa.

Todavía no le encuentro título.




Su impaciencia se expresaba claramente en el temblor de su pie izquierdo. Sobre las rodillas una pila de papeles, sobres y pequeños cartones amenazaba con caerse y desparramarse por todo el suelo de la sala de espera.

- ¡Gutierrez!

El médico comenzó a escribir la historia clínica silenciosamente, hasta que la mujer lo interrumpió de un grito:

- Ellos lo niegan, ellos lo niegan, doctor. Pero estoy segura de que mi cuerpo está invadido al menos por tres enfermedades distintas.
- ¿Cuáles son sus síntomas?
- ¡Todos los que existen! Dolores internos y externos, picazón, nauseas, jaquecas, mareos, calambres, distorsión en los sentidos...
- ¿Los otros médicos le hicieron estudios?
- ¡Por supuesto! Tomografías, radiografías, análisis de sangre y orina, punciones, biopsias... de todo.
- ¿Y qué le hace pensar qué yo descubriré algo distinto que los demás?
- La desesperación.

viernes, 7 de agosto de 2009

A falta de inspiración (y para no colgar el blog) continúo con las citas.


Uno cree conocer cada fracción de su cara, cada rasgo, cada expresión, pero ahora todo se burla. Una es una misma y otro: una cree conocerse hasta las puntas de los dedos, y de pronto siente que su propia envoltura se escapa, se vuelve completamente extraña a lo que la llena. En el momento en que uno siente que no soporta más verse, comprende que la imagen que tiene delante no es una misma.

FRIDA KAHLO

domingo, 26 de julio de 2009

Lo que me gusta de tu cuerpo es el sexo.
Lo que me gusta de tu sexo es la boca.
Lo que me gusta de tu boca es la lengua.
Lo que me gusta de tu lengua es la palabra.


JULIO CORTÁZAR
PAPELES INESPERADOS

martes, 21 de julio de 2009

Make love singing songs

Brotaron flores de nuestra piel. Nos convertimos tan sólo en dos siluetas limitadas por el vacío; en dos sombras fundidas la una con la otra.
Las sábanas que envolvían nuestros cuerpos afiebrados, se movían a compás de nuestra agitada respiración.
Cada célula de mi ser se encontraba en estrecha conexión con mis cerebro. Mis piernas temblaban, temiendo una muerte inminente.

Convulsionamos. Estallamos en fuegos de artificio.

Más allá de la puerta de la habitación, el mundo se caía a pedazos, se desmoronaba, se pulverizaba... y no parecía importarnos.


De fondo: Revolver, de los Beatles.

lunes, 6 de julio de 2009

Y cada tonta cosa es música del sol de la tarde

[Me aqueja una importante falta de inspiración. Por eso comparto este viejo texto: un trabajo práctico para la facultad, donde la cosigna era esbozar un paisaje interno]



Si me fuera, no importa a dónde, si me fuera no más ¿qué llevaría conmigo? Sin duda alguna: mi esencia. Sin duda alguna, mis discos. Supongo que también un par de libros, un poco de ropa y algún que otro mueble. Pero por sobretodo, los discos. Los compactos y los de vinilo. ¡Y por qué no los casettes!

En el lóbulo de la oreja derecha me acompañaría el sonido del paso despreocupado de la púa por los surcos de ese mágico y circular receptáculo de melodías. En el ojo izquierdo me colgaría un lagrimón. Ese que cayó una y otra vez al escuchar “Los libros de la buena memoria”.

Si pudiera, me guardaría en un bolsillo todos los sábados a la mañana, en los que el sol invadía la cocina, mientras los Beatles me despabilaban. Y si el bolsillo fuera realmente grande, depositaría también esas tardes lluviosas de domingo, en las que me echaba en la cama a escuchar hasta el hartazgo “Artaud”, de Spinetta, o “One size feet all”, de Frank Zappa.

Por suerte conseguí una valija enorme. Porque sino dónde hubiera metido todas esas noches en las que el pibe ese me enamoró acariciándome mientras me cantaba bajito y suave al oído “quiero verte desnuda el día que desfilen los cuerpos que han sido salvados”.

Además ataría a mi cintura el rumor de la voz de Caetano Veloso, cantándole a mi mamá mientras hacía la comida. Y pondría en mis zapatos los tangos que me tarareaban mis abuelas. Esos tangos con olor a patio y café con leche. De mi hermano me llevaría su nombre, en forma de canción, bien protegido en mi puño. Y de mi viejo, uff, de mi viejo... La fuerza de mis brazos no alcanzaría jamás para sostener esas montañas de melodías que, desde antes de nacer, él me regaló.

¡Ay!, si tan sólo pudiera… lo haría. Les arrancaría las manos a mis amigos, para tenerlos siempre a mi lado, tocando una guitarra desafinada, en cualquier plaza, con unos ricos mates. O imprimiría en la retina de mis ojos, sus caras de asombro escuchando Pink Floyd.

Cuando me vaya (bien ida) todos los recuerdos de mi niñez y adolescencia se reproducirán con la mejor banda sonora de la historia, digna de premios y galardones. Una dulce armonía invadirá antiguas siestas, recreos, vacaciones, tristezas y alegrías.

Un fantasma una vez me contó (una vez me cantó) que en su tumba tiene discos y cosas que no le hacen mal. Pues así quiero irme yo: silbando bajo un tango o un rocanrol (lo mismo da).

martes, 30 de junio de 2009

Por

Con papá tengo una relación amor-odio.


La convivencia nos distancia bastante: ambos tenemos el mismo carácter de mierda. Nos cagamos a gritos, discutimos por pelotudeses. No nos soportamos.

De todos modos, no puedo zafarme del Complejo de Edipo (o mejor dicho, de Electra). Lo admiro profundamente. Es un hombre inteligente, con bellas ideas políticas, sociales, culturales. Casi todo lo que sé, lo aprendí de él.

Anoche miramos juntos el programa Elepé de canal 7, destinado al análisis del disco Artaud de Spinetta. Mientras escuchábamos atentamente las entrevistas, conversamos y cantamos desafinadamente las canciones que sonaban de fondo. Discutimos cuales era nuestras canciones favoritas (yo elegí
La sed verdadera, él Cantata de Puentes Amarillos) sin olvidar la belleza de A Starota, el idiota o Por.
No pude evitar sacar la mirada de la pantalla (en repetidas ocasiones) para mirarlo a él; para mirarlo a mi papá y pensar en lo mucho que le agradezco que me haya hecho escuchar tanta música hermosa.

Este tipo me hizo escuchar Spinetta desde antes de nacer: ponía al palo "El mono tremendo" (del disco Tester de Violencia) y yo pateaba frenética en la panza de mamá. A mi hermano lo nombró Fermín, y a mí casi me pone Ludmila. Me llevó a verlo al Flaco (y Los Socios del Desierto) cuando yo apenas pisaba los 10 años.


Es difícil llevar a cabo este amor-odio. Es difícil decirle
"gracias por todo esto" a un tipo poco cariñoso. Es difícil hacerlo explícito. Pero si hay algo que aprendí en estos 20 años, es a ser un poco estratega, y demostrarle todo lo que lo admiro a través de una charla casual, cómodamente sentados en las butacas de algún recital.


miércoles, 24 de junio de 2009

~


A veces tengo miedo (mucho miedo) de perder la pasión.



Me asusta no tener ganas. Me petrifica sentir que no estoy haciendo nada. Me paralizan las obligaciones. Me da asco que el cansancio posea mi cuerpo.
Me repugna no tener ganas de leer un libro. Me indigna no tener ganas de abandonar la comodidad de mi casa para hacer cosas que realmente me hacen bien, para ver gente que me hace bien.
Me da temor perder sensibilidad antes las cosas bellas de la vida. Porque lo bello, cuando se repite, se vuelve rutinario. Y la rutina suele devenir en aburrimiento. Y el aburrimiento nos agobia.

Tengo miedo de dejar de soñar; de dejar lo lado lo que quiero hacer, por lo que tengo que hacer.

martes, 16 de junio de 2009

Cuatro hechos musicales

1.- De la dificultad de despertar.

Tengo gravísimos problemas para abrir los ojos a la mañana. El simple hecho de ver que la primera cifra del despertador es un seis o un siete me causa un furia increíble. [En mi opinión, no debería existir obligación alguna antes de las 8.30 am.] Todo mi cuerpo se niega rotundamente a levantarse y me vuelvo a dormir por largos minutos, o hasta horas.
Harta de hacer todo apurada y llegar tarde a todos lados (o directamente ausentarme a mis actividades) busqué una urgente solución.
Tras varios intentos fallidos, descubrí que la única forma de despabilarme rápidamente es, ni bien apago el despertador, ponerme los auriculares con música bien bien linda. (Recomendación: "Good day, sunshine" de los Beatles).

2.- De las capacidades auditivas.

Inciso A.- En el silencio se escucha mucho mejor (creo que no hay dudas de esto). Y la oscuridad también ayuda notablemente.
El volumen de mi mp4 llega a '30'. Cuando camino por la calle, voy escuchando con en volumen entre 16 y 22 (según el disco y según el barrio que transito). Cuando me despierto, lo reproduzco en 8. Sí, tan sólo me basta subirlo (o bajarlo) hasta 8, y percibo perfectamente. Mi oído se adecua a esa situación particular.
Pero a veces olvido que tengo otro despertador programado... y me sobresalta con su chillido en un volumen muy superior al que mi oído desea escuchar.

Inciso B.- Hoy a la mañana comprobé que si sonrío con los auriculares en los oídos, los sonidos me 'entran' mejor.

3.- De la energía musical.

Ni bien tuve un rato de soledad en mi casa, abandoné los apuntes de la facultad y puse el disco Chapusongs de Árbol al palo. Acto seguido empecé a saltar y gritar como una desquiciada dentro de mi habitación. Fue una enérgica regresión a mis 14 añitos.

4.- Del caminar.

A veces, cuando voy caminando, veo mi vida como un film con una hermosa banda sonora.
La música marca el ritmo de mis pasos, mientras la letra habla de lo que estoy viviendo.
La película de hoy era la historia de un piba que se reconcilió con su pasado, y cuando se lo cruzó en la calle, lo saludó con una sonrisa.

lunes, 15 de junio de 2009

Largo FinDeSemana Largo

Nunca está demás reencontrarse con uno mismo. Este fin de semana encontré tiempo suficiente como para destinarlo a reírme, dormir, compartir cervezas con amigos, charlas con desconocidos, comidas con familia.

Procuré recordar que este año decidí que mi prioridad en la vida soy yo misma. No hice nada que me provocara disgusto, aburrimiento o incomodidad. Cuando necesité estar afuera, salí. Cuando quise quedarme en la comodidad de mi hogar, volví.

Me conecté vivamente con la música (bien supremo que oxigena mi alma).

El viernes 12 vi al Sr. Luis Alberto Spinetta por segunda vez en el año y décima en mi vida. El recital en sí fue casi idéntico al ofrecido en mayo. Prácticamente no tuvo variaciones ni en los temas ni en el orden de presentación de los mismos.
Pero el Flaco es el Flaco, y siempre es un placer escucharlo, verlo y sentirlo. Siempre se muestra cálido y cercano con el público. Explica los temas, hace chiste al respecto.
Antes de toca "No quiere decir" dijo: "esta es una canción que habla en contra de la frustración, porque muchas veces en la vida somos infelices por comparación". Una sabia enseñanza, que llega en un momento especial de mi vida, en el que intento ser positiva y feliz (y estoy obteniendo muy bellos resultados).

Anoche (domingo 14) vi a Coiffeur en el Centro Cultural Islas Malvinas. Fue un recital precioso. Me sorprendieron varias cosas: en primer lugar el hecho de que casi ningún tema haya sonado como en los discos, porque las modificaciones en los arreglos, armonías y melodías eran tan grades que parecías temas completamente distintos. En segundo lugar destaco la calidad de la voz de Guillermo Alonso y su capacidad como guitarrista.
Tocó los siguientes temas: Al oído; Tan atentos a que nada; Haga dudar; Eso mismo; Feriado + Vuelvas a casa; tres canciones nuevas que forman parte de su próximo disco; De vos conmigo + Rocío; Crujen; Amor-on; ¡Qué mala suerte! y el BIS fue Cataratas.

Hoy coroné este hermoso finde descansando en mi casa, evitando el estudio y con Frank Zappa al palo de fondo.

domingo, 7 de junio de 2009

Siempre es como la primera vez*

Es muy difícil transmitir la experiencia de la primera vez. Difícil materializarlo en palabras. Es una sumatoria de sensaciones, que por ser nuevas, son incomparables.

También es complicado explicar cómo se modifican los sentidos con la repetición. Cada vez es mejor. Pero a la vez nos asusta la posibilidad no volver a sentir nunca más aquel sentimiento primigenio.



La primera vez que escucho un disco suelo destinarle una concentración especial; quizás aún mayor a la que le dedico a la lectura de un libro. Identifico el sonido general de la obra en cuestión y luego desarrollo (conciente o inconcientemente) una serie de etapas que pueden durar días o años.


En un primer momento procuro aprenderme las letras (en caso de que sean en un idioma distinto al español me preocupo por la correcta pronunciación y traducción).

Me informo sobre la banda, disco, contexto histórico-socio-cultural; e intento realizar una especie de análisis, o por lo menor trato de formar una interpretación que se adapte a mi sentir.

Luego mi concentración se fija en lo estrictamente musical: melodías, armonías, arreglos, sonidos en general. Disocio todos los instrumentos en mi cabeza hasta memorizar la melodía que construye cada uno.


A cada momento, el contacto con la música se hace más profundo. Cada vez es mejor, más excitante. Distinto. Nunca se percibe de igual modo. Nunca es el mismo disco.

A veces siento que no hay vuelta atrás; que todo se vuelve vertiginoso y me estremece pensar que, por cansancio o desgaste, algún día se va a terminar la conexión con esos discos.

Pero les puedo asegurar que se puede volver a sentir esa sensación originaria, ese sabor a primera vez. Basta con predisponerse a transportarse a ese estado de concentración en el que nos dejamos sorprender y asombrar. Basta con creer que realmente no es el mismo disco que ya escuchamos una y otra vez.




* Recomendación: "Nuevos trapos", de Charly García, en Clics modernos

lunes, 1 de junio de 2009

No-aniversario

Si no fuera una persona egoísta, miedosa o infiel; si no me aburriera fácilmente; si tuviera la capacidad de abrirme y amar; si no tuviera un autoestima tan baja; si los anteriores no me hubieran herido tanto... hoy hubiéramos cumplidos un año de novios.
Me acordé de esta tremenda pelotudez porque cuando estaba esperando el micro, se me apareció su aroma. Y se sintió extraño. Como irreal. Ajeno.

Nunca duré con nadie más de cuatro meses. ¿Inconstancia será? ¿Mala suerte? No sé. Siempre le eché la culpa a los demás. Pero evidentemente el problema soy yo. Hoy me encuentro muy feliz con un muchacho... esperando que todo termine. Porque ya se fueron tres meses hermosos, y presiento que empieza la cuenta regresiva.

Pero basta! basta de torturarme a mí misma. Listo, no funcionó, punto. Lo quise y por suerte lo sigo queriendo (NOS seguimos queriendo), de otro modo, pero querer al fin. Y no, ya no soy la masoquista de antes, que se hubiera puesto a escuchar Liliana Felipe o la banda sonora de Amelie o Cuerpo y alma de Pedro Aznar, para recordarlo y llorar por lo que no fue, para castigarme por los errores que cometí y sufrir por lo caro que los pagué.


Aunque hay algo dentro mío que me dice que no aprendí nada, y que estoy a punto de volver a meter la pata en el mismo charco enlodado.

sábado, 30 de mayo de 2009

Tren musical

El jueves 28 fui a ver a Palo Pandolfo en Ciudad Vieja. Recorrió su carrera solista y tocó algunos clásicos de Don Cornelio y La Zona (Cenizas y diamantes, Ella vendrá y Tazas de té chino) y de Los Visitantes (Que se abra Buenos Aires, Tapa de los sesos y Estaré).
Disfruté mucho este recital. Era la primera vez que lo veía a Palo en vivo y tenía muchas expectativas al respecto. Su voz es muy particular, y fue un placer para mí sentirla tan pura y única como en las grabaciones. Cada vez que se ponía a jugar con su voz, yo sonreía con los ojos entrecerrados tirando la cabeza hacia atrás. ¡Extrema alegría!
Me sorprendió su capacidad como guitarrista. Como así también me gustaron mucho los músicos que lo acompañaron (un percucionista, un bajitas y un violinista).
Además, lo interesante de verlo en vivo, es entrar en contacto con el personaje-palo-pandolfo. Es muy gracioso, hace gestos faciales y corporales y bailes completamente ridículos.

"Lo que fue papel
hoy será canción"
(Los visitantes)

miércoles, 27 de mayo de 2009

La sed verdadera

Hoy iba a escribir sobre el recital de Sergio Pángaro y Baccarat, del sábado 23 en el Teatro Café Concert. Iba a contar que tocó temas como Desierto, Autoayuda, Bailás?, Cómo hacer un hit, Corazón, Porque sí, Always on my mind, Hippie en Constitución, Come prima, Just a gigolo, En el vals (canción de la banda sonora de La novicia rebelde), Lluvia dorada, Apocalypsis, Boogaloo y Tomo lo que encuentro (temazo de Virus). O también que caían burbujas al escenario, o sobre lo groso es el tecladista, o lo loco que se puso Pángaro cuando tocaron Boogaloo. Pero no, no voy a hablar de eso.

O deseaba hablar acerca de la obra de teatro "La memoria de los peces" que me arrebató un par de lágrimas y muuuchos escalofríos. Pero no, nada más la recomiendo.

También quería escribir sobre la serie de situaciones y encuentros bizarros con gente bizarra que me sucedieron en el día de ayer. Pero no, no tengo ganas de destinarle palabras a eso.

O podría contar que ayer cuando salí de la facultad me pareció ver a una persona que fue muy hiriente conmigo, y que estoy casi segura de que no era, pero que sólo el hecho de pensar en la probabilidad de cruzármelo hizo que me sumergiera en un horrible estado de angustia y nerviosismo. Pero no, mejor ni acordarme.

Así mismo me hubiera gustado filosofar sobre el efecto que tiene un café y un panqueque con dulce de leche y salsa de chocolate sobre la gente. O cómo me encanta hablar con mi prima, la persona que mejor me conoce en el mundo. O sobre las interesantes temáticas sobre las que charlamos: amor, pareja, sexo, familia (NUESTRA familia), proyectos, realización de la mujer, etc. Pero no, prefiero reservármelo.


De lo que sí voy a hablar es sobre un episodio que me sucedió hoy a la mañana, que resume un poco todas las temáticas anteriores de las que no quiero hablar.

Cuando iba hacia la facultad, ni bien se vació un poco el micro y pude sentarme, me calzé los auriculares y comencé a reproducir mi mp4. Mi deseo era escuchar dos temas específicos, que me hacen acordar un poco a esa persona hiriente que no sé si me crucé o no, y a todas las batallas amorosas que libré en tiempo pasado y que ahora las resolví victoriosamente cuando dejé de preocuparme por destinar amor a gente que no me correspondía, y empecé a quererme a mí misma. (Recomendación: Interesante post sobre este mismo tema)

Esas canciones son By this river, de Brian Eno y Siempre me quedará, de Bebe.
La primera la escuché cientos de veces inconscientemente, pero me voló la cabeza después de ver la película Y tu mamá también. El film en sí no es genial, pero me sentí muy identificada con algunas escenas y diálogos. Lo que me llamó poderosamente la atención de esa canción es que la conocía. La podía tararear. Pero no sabía ni cómo se llamaba, ni de quién era. Cuando lo averigüé, la situación se coronó al encontrar la siguiente frase: "Waiting here, Always failing to remember why we came, came, came: I wonder why we came".
La segunda es una canción tontita, pero que me gusta, porque sí... Porque es la música de fondo perfecta para cualquier drama adolescente: "Me cuesta abrir los ojos y lo hago poco a poco, no sea que aún te encuentre cerca".

Pero cuando puse play no se reprodujo ni una ni otra canción, aunque en la pantalla figuraban ambos títulos. Mis oídos comenzaron a percibir La sed verdadera, de Luis Alberto Spinetta. No sólo me sorprendió la extraña falla técnica, sino también la aparición de esa canción. ESA, y no cualquier otra.
Este tema, que pertenece al disco Artaud, siempre habló de mí. Desde la primera vez que lo escuché hasta el día de hoy. Siempre habló de mí. De mí y de los que me rodean ("Sé muy bien que has oído hablar de mí y hoy nos vemos aquí"). Fue el lema de mi vida: "pero la paz en mí nunca la encontrarás, si no es en vos, en mí nunca la encontrarás". Esta frase inundó mis cuadernos, y todas las superficies cercanas donde pudiera escribir.
Este tema habla de mí, y ME HABLA A MÍ. Cuenta la historia de todos los tipos con los que anduve, siempre en tiempo presente, remitiéndome al pasado al mismo tiempo. "Por tu living o fuera de allí no estás, pero hay otro que está, y no soy yo, yo sólo te hablo desde aquí, él debe ser la música que nunca hiciste".
"Viste la piel, creíste en todo lo que te pedí, y nada salió de vos". Cuando sonó esa parte, mi mirada dirigida a la ventanilla del micro, se sumergió en un seguidilla de imágenes internas: sillones, camas, parques, charlas, hombres.

¿Por qué? ¿Por qué justo ahora esta canción me asalta sorpresivamente? ¿Por qué se reprodujo este tema, y no ninguno de los dos que yo quería escuchar? ¿Es una señal del destino? ¿Es un consejo, una recomendación?


Las luces que saltan a lo lejos
No esperan que vayas a apagarlas jamás.

martes, 19 de mayo de 2009

"Tu dulzor me haría reir"

El sábado 16 Luis Alberto Spinetta presentó Un mañana, su último disco, en el Coliseo Podestá. Antes de comenzar a tocar (unos minutos después de las 22 hs) nombró a los músicos que lo acompañaban: Cardone en teclados, Nerina Nicotra ("flamante madre de Renata", comentó el Flaco) en bajo y Sergio Verdineli en batería.
Comezó con "Un viento celeste", "Cabecita calesita" y "Proserpina". Hizo una pausa para hablar sobre "Conduciendo a conciencia", lucha que mantiene a partir de la Tragedia de Santa Fe y cantó la canción que compuso con León Gieco. A continuación interpretó "La guitarra", poema de Atahualpa Yupanqui al que Gieco le puso música. Para tocar "Yo miro tu amor" invitó a Baltazar Comotto, un guitarrista de la puta madre.
Acá es el primer momento dónde ya no me importan el orden de los temas o la prolijidad de su ejecución, porque mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas cuando escuché las primeras notas de "La herida de París". Es una de las canciones preferidas de mi viejo, y siempre me hacen pensar en toda la presencia que tiene la música en mi vida (gracias a él) y en todas las veces que lo vi al Flaco.
Después comenzó una seguidilla de temas del último disco: "La mendiga", "No quiere decir", "Mi elemento", "Un mañana", "Canción de amor para Olga", "Preso ventanilla", "Despiértate en la brisa", "Tu vuelo al fin" y "Para soñar"
.

Durante el recital el Flaco fue presentando cada uno de los temas, se mostró conectado con el público (como siempre), a través de chistes y respuestas a los gritos de la gente. Un ejemplo muy gracioso fue que alguien le grito "SEEXOO" (pidiéndole aquel hermoso tema del disco Los niños que escriben en el cielo), a lo que el Flaco respondió "Che, ahora estamos tocando..." (jajaja).
De todos modos, por momentos lo noté "viejito", entrando tarde a los versos o con dificultades para llegar a determinadas notas, todo resuelto con la inmensa calidad de un artista que ama lo que hace.
Que Cardone es un genio total, no tengo ni que aclararlo. Que Nerina es impecable, tampoco. Pero si quiero destacar la labor de Sergio Verdineli. Ya lo había escuchado varias veces, pero esta vez le presté peculiar atención. El pibe es un monstruo! Toca muy bien (según mi gusto personal), lo trasmite con todo su cuerpo, y encima lo hace con una inmensa sonrisa en la cara, señal de que ama su trabajo.

El segundo momento de máxima emoción fue dado por la increíble interpretación de "A Starosta, el idiota". Esta canción la escuché en vivo unas 4 o 5 veces, pero cada vez que la escucho es una versión única que me eriza la piel y me llena los ojos de lágrimas. Siempre que llega a la parte que dice "no llores más, ya no tengas frío...", el pecho se me llena de sentimientos difíciles de explicar.
Continuó con viejas canciones como "Laura va", "Todos estos años de gente", "Asilo en tu corazón" y terminó con "No te alejes tanto de mí". A pedido del público regresó y cantó "Rutas Argentinas".

Después de que terminó el recital me encontré con mi profesor de guitarra, cosa que me puso muuuy feliz. Y un rato después lo vi a Spinetta subirse a su combi.
Por supuesto no pude evitar gritar "FLACO TE AMOOO!" Je. Este tipo me puede, por algo me hice este tatuaje.




viernes, 15 de mayo de 2009

El negro, el destino y "esas cosas locas de la vida"

Justo el único momento en la semana que tengo tiempo para escribir, no me encuentro realmente inspirada. Pero me propuse hacer un breve resumen de mi semana. Sé que me estoy arriesgando a que no se entienda nada, pero no me importa!! Duke Ellington de fondo está tratando de incentivarme un poquito.

Domingo:
¡Malditos trabajos grupales de la facultad de Periodismo y Comunicación Social! Malditos malditos malditos!

Lunes:
Emmm.. Uia! No me acuerdo nada significativo. Cualquiera. Supongo que a la mañana fui a la facultad y a la tarde a trabajar. Ah, sí, sí, sí. En la facultad tuve un rato libre y me colgué leyendo una conferencia de Spinetta que se titula "el sonido primordial", que habla sobre los sonidos de la naturaleza y su relación con la música. Un flash tremendo!
Ahora que hago memoria, también hablé con ÉL [Recién empiezo a ser participe del mundo de los blogs, y por lo que incursioné, concluí que para nombrar-sin-nombrar a las parejas-novios-amantes-objetodeafecto-objetosexual-etc se utilizan iniciales o palabra como "él" o incontables ejemplos. En mi caso ÉL es un chabón con el que "ando" hace casi 3 meses, nada para algunos, una eternidad para mí y mi suerte]. La cuestión es que le tiré todas mis mierdas y problemas personales por teléfono. Que se joda por preguntar "cómo estás?", jeje

Martes:
Por primera vez en meses, me sentí medianamente útil. Me puse un poco al día con la facu. Pero me comí una importante cagada a pedos de mi profesordepiano-mejoramigo.
A la noche fui con ÉL a ver a Ornette Colleman al Teatro Argentino. Me pasó a buscar por casa. Le regalé una copia de "El sonido primordial" y un Cd de mp3 con discos de Frank Zappa y David Byrne. ÉL me regaló un picodulce. Nos tomamos un remisse. Bajamos atrás del teatro. Fumamos. Entramos. Teníamos las entradas más baratas. Arriiiiiba de todo. Subimos las escaleras con profundo padecimiento. Cuando llegamos al último piso la acomodadora nos dijo "chicos, como no se agotaron las entradas y hay muchas butacas libres, pueden ir abajo si quieren". Nos miramos y cuando leímos "ooobvioo" en los ojos del otro, bajamos.
Colleman me voló la paluca!. Es un saxofonista de la concha de la lora. Tocó también la trompeta y el violín. Pero lo que más me gustó fue el contrabajista. Pensé que me iba a costar bancarme un recital de free jazz, pero disfruté plenamente la hora 45 minutos de música. El negro ese es un personaje. Es difícil de explicar. Me cuesta comprender como un viejo que le cuesta unos largos minutos llegar al escenario, puede producir tantos sonidos fuera de este planeta con su saxo; o cómo puede perderse en capital federal y aparecer un día después en el tigre.
Salimos flasheados y nos fuimos a tomar una birras a Antares. Nos reímos mucho, como siempre. También hablamos de cosas no-tan-piolas, que prefiero no recordar. Por momentos me dice cosas tan dulce que lo percibo como un nene enamorado. En otros momentos, le cambia radicalmente el tono de voz y me habla muy seriamente de cosas en las que no quiero pensar, pero en las que el insiste en enroscarse.
Cuando estábamos saliendo del bar, se dio cuenta que había perdido el Cd que le había regalado. Yo me reí, el se puso muy mal. En fin... De regreso, disfrutamos la caminata bajo una fina llovizna.

Miércoles:
Un día plenamente rutinario y alegremente lluvioso pero con una bellísima particularidad. Para ir al taller de circo me tomé un remisse. Llamé a la agencia de siempre. Cuando subí al auto, antes de decir "buenas tardes" o "a dónde vas?", el chofer me dice "¿Uds se olvidaron esto anoche?" Síííiíííí! ¡EL CD! En el trayecto me puse a flasharla con las cuestiones del destino. Y en eso me percato de que del espejo de auto colgaba un reloj antiguo, que la noche anterior también había observado con atención.
Se me vinieron a la cabeza un par de frases de Drexler (aunque lo detesto): "nada se pierde, todo se transforma" o "lo que tenga que ser, que sea". Fue una especie de paralelismo entre la situación puntual del Cd con mi relación en general con ÉL.
Cuando volví a mi casa lo primero que hice fue llamarlo a ÉL y contarle lo que me había pasado. Se puso muy feliz, y mi noticia le vino muy bien ya que estaba medio bajón.

Jueves:
No tengo ganas de escribir qué hice. Empecé a escribir sobre ÉL. Pero lo borré todo. No sé por qué, pero me sentí completamente ridícula. Sólo voy a comentar que es una situación algo complicada. Cuando empezamos a estar, a fines de febrero, pensé que no iba a durar más de tres semanas. Y acá estoy. Con todo mayo encima y todavía con ÉL.

Viernes:
HOY. Tan simple como eso. HOY.

sábado, 9 de mayo de 2009

Dancing Mood

Este blog surgió ante la necesidad de mejorar mi escritura. La música es mi temática favorita para abordar; especialmente las descripciones de recitales. Pero hoy no me encuentro muy inspirada.

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Ayer (viernes 8 de mayo) fui a ver a Dancing Mood a El Teatro Café Concert (43 e/7y8, La Plata). Estaba citado a las 21, pero empezó una hora más tarde. Pocos temas; muy largos cada uno de ellos, en dónde cada músico se lució con un largo solo. Trompeta, saxo alto y tenor, flauta traversa, armónica, dos trombones, dos guitarras, dos teclados, bajo, batería, percusión y vibráfono. ¿Algo más?
En fin, estuvo muuuy bueno.

viernes, 8 de mayo de 2009

emm...

La verdad es que no quiero escribir. No ahora. No sobre lo que estoy pensando ahora. Pero a veces tengo que dejar escapar aunque sea un par de palabras. Y palabras no más. Ni en pedo me animo en este momento a lagar una frase medianamente coherente.


relaciones
hombres
amigos
problemas
pasado
celos
sexo
amor?
extrañar
superar
miedo
problemas
"quedirán"
sentir


Sí, SENTIR. Los sentimientos más fuertes que tuve estaban destinados a no-correpondidos. Ahora no sé qué me pasa. No es algo muy fuerte. Pero se siente bien. Así de simple. Pooor sueeerte, con vos, me siento bien.

domingo, 3 de mayo de 2009

Suele suceder

Siempre que anhelo mucho una situación, sucede todo lo contrario a mi deseo. La estrategia adecuada para evitar tal frustración es esperar que ocurra lo peor, visualizar el desastre total. De este modo, ante el menor logro, nos sentimos aunque sea un poquito realizados, o por lo menos gratamente sorprendidos.

Generalmente cuando esto me acontece (como en la última madrugada) trato de consolarme en una frase que leí en "Dalí me dijo" de Louis Pauwels:

<< Cuando partimos en un auto, digo: "¿y si tenemos un accidente?". En seguida: "sería una coincidencia singular que, después de semejante pensamiento, tuvieramos en efecto un accidente". Y a continuación: "al pensarlo, seguramente elimino los riesgos". >>



Si las cosas hubieran salido como queríamos, ¡hubiera sido una singular coincidencia!

So sublime, that we blow my mind

La música produce en mí sentimientos y sensaciones inexplicables. Éstas se multiplican si procuro concentrarme profundamente en lo que estoy escuchando. Y si es a oscuras, ¡MEJOR!.
Es como un juego. Intento disociar cada sonido de cada instrumento, pero teniéndolos todos presentes a la vez. Cuando lo logro un cosquilleo recorre mi cuerpo, desde mi espina dorsal hasta mi cabeza, empezando por el medio (como si dibujara un línea que separe mis hemisferios cerebrales), explotando hacia los costados.

Anoche hice eso con cuatro amigos. Escuchamos "Blood sugar sex magic" de Red Hot Chili Peppers, tirados en el living, casi a oscuras, bastante volados y con unos parlantes fenomenales al mango.
Interpretamos algunas letras. Elogiamos la voz de Antony. Marcamos el ritmo con los pies. Saltamos. Sonreímos.


Entrecerré los ojos. Sentí el bajo con tal fuerza que vibraron todas las células de mi ser. ¡Tremendo viaje!


viernes, 1 de mayo de 2009

VIRUS

Tengo una enfermedad. Incurable. No, no es dengue. No, no es la gripe porcina. Se llama MELOMANÍA. Sí, me-lo-ma--a. Soy una enfermita de la música. Tan desagradablemente fanatizada de los sonidos que hallo placenteros, que voy a un recital y no puedo evitar anotar la lista de temas en un papel o en el celular, o simplemente intentar llevar mi capacidad cerebral un poquito más allá del 10 % que usualmente utilizo, para memorizar las canciones en el orden que fueron tocadas.

Anoche tocó Virus gratis en Plaza Malvinas, cerrando las actividades del Mes de Malvinas, bajo el lema "Memoria, Verdad, Justicia y Soberanía", organizado por el CECIM (Centro de ExCombatientes de Islas Malvinas). Los Virus se negaron a participar del festival por la solidaridad organizado por la Junta Militar con el fin de recaudar alimentos “para el fondo patriótico”, denunciando además el carácter ilegítimo de un gobierno dictatorial y el fraude del “fondo patriótico” que nunca llegó a los combatientes que se encontraban en las Islas.

En cuanto al recital en sí, puedo opinar que la elección de temas fue muy buena, con una interpretación prolija y enérgica. Pero sin Federico Moura, no es más que una muy buena banda de tributo a ellos mismos. Por más que Marcelo Moura cante bien y traté de ponerle toda la onda, no es la esperada voz de Federico, y no tiene ni un cuarto del carisma de su hermano.

En el transcurso del concierto se me vinieron muchas imágenes (paganas?) del verano '06-'07. En esas noches de calor llenas de ansiedad, hice sonar hasta el hartazgo dos cassettes que pertenecían a mi papá. En esa época yo di mis primeros pasos por la radio, y canciones como "Tomo lo que encuentro" y "Pecado para dos" siempre acompañaban mi columna musical.

Creo que lo que más me gusta de Virus es la carga sexual en las letras de los hermanos Moura y Roberto Jacoby. Recomiendo para leer "Virus, una generación" de Daniel Riera y Fernando Sanchez. Un recorrido por la historia de la banda, con anécdotas y un contexto histórico que nos hacen entender mejor las letras.

La lista de temas (hasta dónde me quedé... )

  1. Ausencia
  2. Pecado para dos
  3. Destino circular
  4. Sin disfraz
  5. Imágenes paganas
  6. Pronta entrega
  7. Mirada speed
  8. La cruz del sur
  9. Soy moderno, no fumo
  10. Persuadida
  11. El probador
  12. Me puedo programar
  13. Desesperado secuencia 1
  14. Mi garage
  15. Amor descartable
  16. Luna de miel en mano
  17. Hay que salir del agujero interior

miércoles, 29 de abril de 2009

El tiempo no para

Tengo un gran interés en el tiempo; en las reflexiones, debates y frases que se generan en torno a él. Es tan protagonista de nuestras vidas, que permanentemente condiciona nuestras acciones, aunque no seamos plenamente consientes de ello.

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Puky (un amigo de mi padre) siempre me manda mensajes de texto con frases o fragmentos de textos o poesías. Un día decidí tomar la iniciativa yo y le escribí:

<< "Todo dura un instante y para toda la vida" Luis Alberto Spinetta 1988 >>

A lo que respondió:

<< "La eternidad está enamorada de las creaciones del tiempo" W. Blake. (...) >>

El lunes vi que Julia (compañera de la facultad y aventuras varias) había pegado en la pared de su cuarto una tarjeta que decía:

"¿Por qué buscar lo absoluto fuera del tiempo y no en esos instantes fugaces pero poderosos en que al escuchar algunas notas musicales o al oír la voz de un semejante, sentimos que la vida tiene un sentido absoluto?" Ernesto Sábato


Para concluir voy a citar a Pedro Aznar:

Hoy no es ayer
Hoy es hoy

martes, 28 de abril de 2009

Tengo cuenta en yahoo. Tengo dos cuentas en hotmail. Tengo dos fotologs. Tengo un jotelog. Tengo facebook. De más está decir que tengo una increíble capacidad para memorizar contraseñas. Lo único que me faltaba para ser completamente feliz (tecnológicamente hablando) era un blog... y aquí está! Ah, uno de estos días también me hago un flirck. Si Bill Gates me conociera, me amaría.

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En fin. Acá voy a escribir un poquito de todo. Cosas mías, cosas de otros (siempre fielmente citadas). Poemas, cuentos, frases, reflexiones. Lo que me pinte en el momento. Punto.